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Por: Ezequiel Parra Altamirano

  • Letal Covid-19 ya se cobró la vida de 103 nayaritas
  • Gobernador no se arredra y en cambio anuncia obras
  • Mejora imagen de la Isla de Mexcaltitán, por un lado
  • Y por otro anuncia la construcción de nuevo Hospital
  • Giovanni López, albañil de 30 años cuya muerte pesa
  • La brutalidad policíaca debe frenarse, exigencia social

CON LA MUY lamentable noticia de que Nayarit ha llegado a los 103 muertos víctimas de la pandemia por el Covid-19 y que se registran 977 infectados, 364 casos activos y 506 recuperados, y aunque el gobernador Antonio Echevarría García había anunciado el viernes último que este lunes 15 de junio se permitiría reabrieran sus puertas los hoteles de Bahía de Banderas -capital de la llamada Riviera Nayarit- aunque en un 25 por ciento de su capacidad para que los propietarios pudieran recuperar algo de lo mucho que han perdido ante la turbulencia del coronavirus, lo cierto es que no será así pero muy probablemente en los próximos días se anuncie una nueva fecha.     

Mientras tanto, los dos mil habitantes de la paradisíaca Isla de Mexcaltitán localizada en el municipio de Santiago Ixcuintla se encuentran felices porque gracias a las gestiones del gobernador AEG con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se autorizaron fondos especiales para realizar obras de mejoramiento urbano que incluyen la rehabilitación integral de las redes de drenaje y agua potable, y en las que se invierten más de 35 millones de pesos.

Acompañado del titular del Instituto Promotor de la Vivienda de Nayarit, Francisco Estrada Machado, y de la secretaria de Infraestructura, Patricia Urenda Delgado, el mandatario estatal recorrió el andador Venecia, donde los habitantes le externaron su beneplácito por esta obra tan necesaria y que embellecerá a la isla, lo que atraerá a un  mayor número de visitantes.

Igualmente, en la capital nayarita, Tepic, hay un ambiente de júbilo popular ante el anuncio del propio Echevarría García en cuanto a que dentro de medio año arranca la construcción de las obras, en la llamada “Ciudad de la Salud”, de lo que será el nuevo Hospital Civil pues el actual, a pesar de las mejoras que se le han hecho y los nuevos equipos de que se le ha dotado en las últimas administraciones estatales, se encuentra ya súper saturado.  

EL CASO GIOVANNI LÓPEZ

Alejándonos de aquellos interesantes temas pero acercándonos al muy lamentable caso del albañil presuntamente muerto en los separos de la policía de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, distante apenas unos 40 kilómetros de Guadalajara, el obrero de la construcción, se insiste, fue detenido por los agentes policíacos debido a no llevar cubrebocas a fin de protegerse de la pandemia, que para el caso fue lo mismo pues si no murió por el virus, sí por los golpes que aparentemente le propinaron en los separos los agentes de la policía.

Ese fue el terrible delito que llevó a la detención y supuesto asesinato de Giovanni López a manos de policías municipales el pasado 4 de mayo.

APENAS CONTABA CON 30 AÑOS

Este albañil de 30 años fue arrestado y, poco más de 24 horas después, sus familiares recogieron su cadáver en el hospital, con golpes, contusiones y un balazo en la pierna.

El lamentable suceso durmió durante un mes, hasta que el vídeo de la detención, en el que se ve como lo meten a la fuerza en un coche patrulla y un profeta grita de fondo “si lo matan ya sabemos”, se publicó el 3 de junio y convirtió a Giovanni en el George Floyd de México.

Al igual que en el caso del ciudadano estadounidense asfixiado bajo la rodilla de un policía en Minesota, el vídeo, la imagen, liberó una tensión acumulada en forma de manifestaciones. Si en Estados Unidos es el racismo, en México el disparador es la brutalidad policial y los abusos sistemáticos de las fuerzas del orden tienen en su cuenta matanzas extrajudiciales como Tatlaya, Apatzingán o Tanhuato; más del 90% de los delitos denunciados jamás se resuelven y solo cuatro de cada diez personas no confían ni en los municipales ni en los estatales.

EN MEDIO DE LA PANDEMIA

En México, durante un momento que el coronavirus se cobra entre 300 y 600 personas al día y sus más de 15 mil muertos lo convierten en el séptimo país del mundo en el podio rojo pero no hay una obligación de que la población esté recluida, miles se lanzaron a la calle en Ciudad de México y Guadalajara para protestar por los abusos policiales durante el primer fin de semana de junio.

Por lo demás, resulta irónico y triste que las protestas en Guadalajara, la segunda ciudad del país, se saldarán con más denuncias de detenciones arbitrarias y abuso policial. Por ejemplo, seis de los detenidos fueron trasladados la mañana del martes al penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, según ONGs, sin avisar a su defensa ni presentar pruebas. 

El caso de Giovanni y las protestas puede considerarse uno de los primeros lances de la batalla electoral que se dará entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y los gobernadores de oposición para las elecciones intermedias de 2021.

En ellas se juegan cerca de la mitad de los gobiernos estatales y la Cámara de Diputados entera; a la que seguirá la consulta anunciada para 2022 en la que se hará un referéndum para ver si López Obrador sigue o no en la presidencia. Y uno de los gobernadores más beligerantes contra el presidente es Enrique Alfaro, vinculado al Partido de Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.

Como ya lo mencionamos aquí en reciente entrega, Alfaro acusó a López Obrador de estar detrás de las protestas en Jalisco (“Detrás de todo lo que está sucediendo de este caso en Jalisco hay intereses, muy precisos y muy puntuales, construidos desde la Ciudad de México, desde los sótanos del poder”).

ABUSOS POLICIALES

Sin embargo, el presidente López Obrador le pidió pruebas de su acusación y Alfaro reculó. Y, ante los evidentes abusos que estaban ocurriendo en Guadalajara, ordenó liberar a la mayor parte de los detenidos y asegurarse que los que estaban sin localizar volvieran a sus casas.

El cubrebocas es un símbolo del choque entre las dos políticas ante la pandemia: López Obrador y el gobierno federal que no quiso usar la fuerza pública para implementar las medidas sanitarias, y Alfaro y su gobierno estatal, que mandató a las policías obligar a la gente a cumplirlas. 

Fue la calle lo que llevó a que la Fiscalía estatal asegurase que el 5 de mayo ya le habían informado de la detención y muerte de Giovanni y que había iniciado una investigación. Lo que es curioso es que fuera después de todo el ruido que se anunciara la detención del jefe de la policía municipal de Ixtlahuacán y dos mandos medios y hasta entonces siguieran trabajando sin que nadie los molestara.

En Ciudad de México, el pasado viernes hubo una primera marcha que incluyó piedras, cócteles molotov contra la embajada de Estados Unidos, destrozo de locales comerciales… la policía de la capital llegó al final, pero le bastó para patear la cabeza a una de las manifestantes, que resultó ser una menor de edad llamada Melanie y tuvo que ser ingresada a un hospital.

Esto llevó a que al siguiente lunes se convocara en la capital una nueva marcha, en protesta principalmente por la agresión a la adolescente de 16 años pero también por los abusos policiales. Las manifestantes fueron principalmente grupos de mujeres y algunos encapuchados durante la manifestación se registraron diversos daños a negocios y edificios.

EL FAMOSO “BOA”

En el contexto de esta batalla política, López Obrador presentó el martes un supuesto documento confidencial que propone una estrategia para debilitarlo a él y su partido de cara a las elecciones intermedias de 2021 y acusó de complot a un Bloque Opositor Amplio (el famoso BOA) que incluye periodistas, políticos y empresarios. Muchos de los supuestos promotores se han deslindado aunque han remarcado que tratar de organizarse es un derecho de la oposición.

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