La irresponsabilidad de pocos pone en riesgo la vida y el futuro económico de todos. Apenas ayer, este lugar tenía a más de 200 personas de fiesta como si no estuviéramos enfrentando una pandemia que ha cobrado más de mil vidas jaliscienses. ¿En qué cabeza cabe? Hoy el Gobierno de Tlaquepaque lo clausuró.
No es un juego. Jalisco necesita de la corresponsabilidad de su gente para evitar más contagios y muertes, para que la reactivación económica pueda seguir avanzando y para que no apretemos el botón de emergencia que nos obligue a parar todo en seco.